Mi futuro, no es tu juguete
Recién entrado el nuevo año, surge la gran duda para millones de estudiantes en todo el país, ¿y ahora qué? Cualquier otro año, esta respuesta habría sido muy fácil de responder, la temida PAU y después esperar a que tus calificaciones superasen esa apabullante denominación… Nota de corte. Pero como toda persona ínfimamente informada en este país sabe, nuestro querido gobierno del Partido Popular, llevó a cabo una serie de reformas educativas basadas en el pésimo criterio de un graduado en derecho, sin preocuparse por la calidad educativa que sufren «gracias» a él los jóvenes españoles. No creo que haga falta nombrar a dicha eminencia precursora de unir a todo el mundo estudiantil bajo el lema «Escuela pública, de todos, para todos», de sembrar la incertidumbre acerca del futuro por las anunciadas reválidas; de la famosa Ley LOMCE. Pero por si alguien ha estado despistado durante estos últimos cinco o seis años, citaré a nuestro queridísimo ex ministro de Educación, Don José Ignacio Wert.
A día de hoy, 19 de enero de 2017, continúan las dudas acerca de la estructura o incluso las fechas de la nueva prueba final del bachillerato, Selectividad o el nombre que al gobierno se le antoje dar. Mi nombre es Carlos, tengo diecisiete años y actualmente curso segundo de bachillerato en un instituto público, y quiero remarcar esto porque a pesar de los intentos de los poderosos de arrebatarnos nuestro futuro, de jugar con nuestros estudios como si nuestra educación fuese un partido más de fútbol de esos que salen cada fin de semana por la tele o querer acabar con nuestras esperanzas de poder ser algo o alguien útil en nuestra vida; somos imparables. Nada ni nadie nos quitará las ganas por llegar a lo que queremos ser, ni una ley ni un gobierno, somos dueños de nuestro futuro, y si tenemos que llorar y sufrir por todos los impedimentos que las últimas leyes ponen a la educación pública, lo haremos, porque nunca, nunca serán capaces de arrebatarnos las ganas de pelear por lo que es justo, por una educación y futuro dignos, por reclamar lo que merecemos.
En nueve meses estaré empezando la universidad, una nueva etapa en mi vida. Recordaré lo sufrido hasta llegar allí, los obstáculos que he superado y las ganas que he echado. Miraré atrás y veré la recompensa a mi trabajo y a mi esfuerzo, y en ese momento podré decir orgulloso que he despreciado y frustrado los intentos del gobierno por hacerme pequeño, porque cuando consiga poner mi primer pie en la universidad, esa de mis sueños, seré inmenso.
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